El Instituto de Santa Fe ha recibido financiación para un nuevo tema de investigación de cinco años sobre economías políticas emergentes. El tema, financiado con una subvención de 6,5 millones de dólares de la Red Omidyar, asumirá el imperativo ético de desarrollar mejores marcos teóricos y métodos para comprender las desigualdades sociales, ecológicas y materiales en el núcleo de la economía moderna, así como imaginar el papel que la innovación desempeñará en las economías políticas emergentes del futuro, tanto para bien como para mal.
En el siglo XVIII, Adam Smith concibió el capitalismo como respuesta a la pobreza. “La teoría del libre mercado era una cuestión ética, y Smith teorizó que el libre mercado ayudaría a resolver los males sociales que generaba el mercantilismo”, explica el Presidente del SFI, David Krakauer. “Sin embargo, lo que no previó -lo que no podía prever dado su conjunto de herramientas- fue que el capitalismo más la tecnología, en muchas condiciones, pueden generar externalidades que superan los daños político-económicos del mercantilismo, desde el desempleo hasta el cambio climático”. Adam Smith necesita conocer la Economía de la Complejidad”.
Si la economía global contemporánea ha dejado algo claro, es que los métodos y herramientas políticas y teóricas que los investigadores han heredado son insuficientes para tratar los patrones, sistemas y fenómenos emergentes que conforman la vida económica global.
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